Si de locuras se trata, los participantes de estas historias no tienen límites. Un reo se pone cariñoso con las visitas y el calor de la costa vuelve más cercana a la familia, pero en la ciudad, dicen que todo pasa en el último vagón del metro.
Si de locuras se trata, los participantes de estas historias no tienen límites. Un reo se pone cariñoso con las visitas y el calor de la costa vuelve más cercana a la familia, pero en la ciudad, dicen que todo pasa en el último vagón del metro.